Un hombre sabio me dijo no hace mucho “cuando algo se aleja y vuelve por algo es”
Es curioso como damos por cerradas etapas de nuestra vida y de repente se te vuelve a presentar la posibilidad de repetir. Lo importante no es repetir, es hacerlo desde otro lugar. Este tiempo de cierre ¿para qué ha sido? ¿Ha servido de algo? ¿Ha cambiado algo desde la primera vez que abrí un centro de terapias? Yo diría que sí. Qué es lo que ha cambiado lo iré viendo en el camino.
Y ahora es el momento de sostener el vacío. Ha pasado la ilusión de la inauguración, el Centro está preparado para recibir a los grupos y colaboradores y el movimiento es lento. Es el momento de sembrar. Ha ido todo tan rápido que no hemos tenido tiempo de publicar en redes los talleres y cursos, lo que deberíamos haber hecho antes. La vida nos lo ha presentado así y así hay que tomarlo, entregadas a lo que hay. Nos gustaría estar trabajando a todo gas con los grupos y terapias, en cambio estamos dándonos a conocer y en mi caso a recordar a los que me conocen que he vuelto.
Vuelven a aparecer los miedos al fracaso, la frustración de no poder compartir el aprendizaje de vida y todo ello conviviendo con la alegría y la ilusión de este nuevo proyecto en el que estamos poniendo toda nuestra energía e ilusión. No se trata de negar estas emociones que no nos gustan, si no dejar que convivan todas juntas. Cada una aparece en el momento preciso para dar el impulso necesario al proyecto y ahí estamos, sosteniendo el vacío y dando espacio a que aparezcan las ideas. Por otro lado, nuestro cuerpo ha llevado un ritmo desenfrenado durante un mes y de repente hemos parado. El cuerpo todavía lleva la inercia del movimiento de los últimos días y mientras la mente está en el vacío el cuerpo no entiende nada. Ahora toca atenderse para no perderse en la decepción, ni en la euforia. Voy en busca del equilibrio, de mi propio equilibrio que me lleva a la confianza y al SI a todo tal como se da y a seguir en el camino.
Cris
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